BARRY WAYNE
Si el Matrimonio se Tratara Solo de Amarse, ¿Fuera Todo más Sencillo? 

Planificar un divorcio es un asunto complicado, sobre todo cuando la planificación sucede más o menos al mismo tiempo que se está organizando una boda. Pero esto es precisamente lo que tienen que hacer los abogados matrimoniales y de familia cuando preparan y gestionan acuerdos prematrimoniales. Estos acuerdos, también conocidos como acuerdos “prenupciales” o “antenupciales”, vienen acompañados de asuntos financieros que son más que un reto para los abogados y sus clientes. Muchas veces las emociones juegan un papel protagónico. El que una transacción como esta concluya con éxito depende de la habilidad de los abogados y de su disposición para instruir a sus clientes y preparar un acuerdo vinculante. También se debe tener profundo conocimiento de la dinámica que une a dos personas que están a punto de compartir sus vidas, pero no su dinero. 

A pesar de que comúnmente se puede pensar que existen dos partes en estos acuerdos - y aunque generalmente este es el caso - muchas veces la fuerza impulsora real no es la pareja que está a punto de pronunciar sus votos matrimoniales. Padres y abuelos adinerados, así como socios comerciales y hasta hijos adultos pueden presionar al novio o a la novia para actuar. Esta dinámica, sumada al hecho de que más personas se están casando a una edad más avanzada, crea mayor conciencia de que uno puede prepararse para lo peor mientras espera que suceda lo mejor.

Cuando uno contrae matrimonio, el estado establece las “reglas” si el matrimonio fracasa y termina en divorcio. Bajo estas reglas, los derechos de cada cual no siempre son fáciles de predecir. Los acuerdos prematrimoniales pueden reemplazar gran parte de la participación del estado y cambiar las reglas. Pueden brindar un mayor nivel de previsibilidad y control. Estos acuerdos no tienen que abordar todos los asuntos que puedan surgir, y muchas veces no lo hacen. Por ejemplo, son comunes los acuerdos que renuncian principalmente a las reclamaciones matrimoniales solo en relación con intereses comerciales. Pero la realidad es que aquellos acuerdos que incluyen varios asuntos también lo son. Por lo general, estos contienen estipulaciones relacionadas con una pensión alimenticia después que se haya disuelto el matrimonio o tal vez la renuncia a esta pensión alimenticia, y la distribución de propiedades y derechos luego de la muerte de una de las partes. Los acuerdos son tan diversos como las parejas que los firman. Aquellos en los que están involucrados clientes de alto poder adquisitivo frecuentemente requieren la participación de abogados con otras especialidades como derecho tributario, corporativo y de fideicomiso y patrimonio. Los contadores de la familia, los profesionales en el campo de finanzas y hasta los terapistas también pueden jugar un papel determinante a la hora de cerrar con éxito un acuerdo prematrimonial. 

El mito más común con relación a los acuerdos prematrimoniales es que todos estos documentos están cortados por la misma tijera, y deben estar disponibles en la librería local o un sitio web de cuestiones legales. Fácil, ¿verdad? Como todo lo que vale la pena, los acuerdos prematrimoniales tienen poco o ningún valor si no se preparan debidamente. 

Los acuerdos prematrimoniales son documentos técnicos. No se recomienda arriesgarse. Los abogados que preparan estos acuerdos deben mantenerse actualizados, ya que las leyes de derecho legislado y de apelaciones evolucionan continuamente, y el modo en el que se manejan ciertos asuntos debe adaptarse y modificarse para satisfacer las necesidades del cliente, así como también los requisitos que imponen la legislatura y los tribunales de apelación.

El “proceso” es tan importante como el producto. Puede resultar sorprendente saber que algunas personas firman acuerdos prematrimoniales pensando que, de ser necesario, sencillamente pueden buscar un abogado para anularlos. Comprender las teorías legales necesarias para poder impugnar un acuerdo con éxito es fundamental al tomar los pasos que más protejan al cliente en una impugnación. La coacción, la coerción, el fraude y no revelar debidamente detalles de finanzas están entre las complicaciones que se presentan con mayor frecuencia.

Y hablando de procesos, la ceremonia matrimonial no es la única que existe en el creciente número de nupcias de hoy en día. La primera ceremonia de la feliz pareja puede ser la ceremonia de firmas. Durante décadas - conscientes de que cuando de dinero se trata, muchas veces vienen los conflictos – los abogados han preparado un acto donde los testadores dejan plasmada su última voluntad. Al igual que las “ceremonias” de firma de testamento, las ceremonias de firmas de acuerdos prematrimoniales son ya comunes. Igual que las bodas, cuentan con personas encargadas de oficiar, testigos, camarógrafos, y aunque no lo crea, en ocasiones hasta el servicio de banquete local hace acto de presencia. 

El trabajo no termina una vez que el acuerdo esté listo. Los clientes deben entender que los acuerdos prematrimoniales son contratos. Estos acuerdos no deben archivarse y olvidarse. Muchas veces incluyen obligaciones continuas que pueden requerir que se abran cuentas financieras y se les suministren fondos, tener cobertura de seguro de vida, planificación de patrimonio, ejecución de documentos relacionados con cuentas de jubilación que cumplan los requisitos, así como otras medidas. Los acuerdos prematrimoniales deben revisarse de vez en cuando, sobre todo antes de involucrarse en transacciones importantes.

Pregúntele a cualquiera si sabe cuál es la tasa de éxito matrimonial y la mayoría le dirá que “un cincuenta por ciento”. Es difícil ignorar esta estadística, y con más frecuencia que nunca, las personas buscan asesoría de planificación matrimonial. En el mundo actual, el amor y el matrimonio siguen siendo importantes. Sin embargo, el negocio del matrimonio conlleva una prudente planificación prematrimonial. Ciertamente es algo complicado. 

Barry M. Wayne es socio del bufete de abogados Bluestein and Wayne, P.A. de Coral Gables. Está certificado en derecho matrimonial y de familia por el Colegio de Abogados de la Florida y actualmente es integrante del Comité de Certificación de Derecho Matrimonial y de Familia del Colegio de Abogados de la Florida. Es miembro de la Asociación del Colegio de Abogados del Condado Miami-Dade, la Asociación Americana de Justicia y la Asociación Americana de Colegios de Abogados.